Vuelos afectados en aeropuerto de Guayaquil por expansión de ceniza del volcán Sangay
Varios vuelos fueron cancelados o demorados este sábado 13 de agosto en el aeropuerto de Guayaquil tras reportarse la presencia de ceniza emitida por el volcán Sangay, ubicado a unos 300 kilómetros.
La mayor afectación de la operación aérea se produjo durante la madrugada, con llegadas canceladas desde Santiago de Chile, Miami (Estados Unidos) y Quito, y salidas también anuladas a Miami y Quito.
Asimismo, hasta el momento se registran retrasos para la salida de dos vuelos a Ciudad de Panamá y otros dos a Bogotá, según la información proporcionada por la empresa Tagsa, operadora del aeropuerto José Joaquín de Olmedo, de Guayaquil.
Hasta el momento, son cuatro provincias de Ecuador afectadas por la emisión de ceniza a causa de las explosiones registradas en las últimas horas en el volcán Sangay, que se encuentra en proceso eruptivo desde 2019.
La nube de ceniza alcanzó unos 2 kilómetros de altura por encima del cráter y el viento la extendió a lo largo de Chimborazo, Cañar, Azuay y Guayas, cuya capital es Guayaquil, según informó este sábado el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional.
De su parte, el Servicio de Gestión de Riesgos anotó que este viernes "se registró incremento en la actividad interna y superficial del volcán" y un aumentó de "la energía sísmica".
Al momento la nube es de baja altura, pero continúa y podría provocar caída de ceniza leve a moderada en las provincias antes mencionadas.
El Geofísico señaló que, debido a las buenas condiciones climáticas, esta emisión ha logrado recorrer más de 300 km hacia el suroccidente del volcán.
Este fenómeno ha sido recurrente dentro del actual periodo eruptivo que inició en mayo del 2019, con la emisión de gases, ceniza, flujos de lava y lahares.
El Sangay, ubicado en la amazónica provincia de Morona Santiago, es uno de los varios volcanes ecuatorianos que se mantienen en erupción desde hace años.
De 5.230 metros de altura, este volcán no tiene asentamientos poblados a su alrededor, a diferencia de lo que ocurre con el Tungurahua y el Cotopaxi, ambos en el sur andino del país.