Un suicidio conmociona Turquía y genera el debate sobre cofradías religiosas
El suicidio de un estudiante turco que denunció en las redes sociales la presión que sufría en la residencia de una cofradía religiosa conmocionó Turquía esta semana y provocado protestas en varias ciudades del país.
Enes K., de 20 años, cursaba su segundo año de medicina en la universidad Firat en Elazig, una ciudad situada en el centro de Anatolia, a unos 1 200 kilómetros al este de Estambul.
Un mes antes de su muerte el joven publicó un video contando que sufría “ansiedad sobre su futuro” y que sentía “mucha opresión” por el adoctrinamiento religioso que padecía en la residencia estudiantil en la que vivía.
Además, dejó una nota escrita de despedida antes del suicidio en la segunda semana de enero del 2022, en la que declara que sus padres le obligaron a vivir en ese centro, que él se consideraba ateo y que en la residencia lo obligaban a realizar oraciones diarias y asistir a clases de religión.
Según el relato del joven, los estudiantes de su residencia deben levantarse a las 06:30 de la mañana para el primer rezo, luego desayunar y acudir a clases.
A las cinco de la tarde deben cenar, luego rezar, estudiar textos religiosos y rezar de nuevo, antes de acostarse a las 23:00.
“Me quedan tal vez tres o cuatro horas para mí mismo. Estoy infeliz. No quiero hacer esto”, asegura el muchacho, que expresa miedo a hablar con sus padres sobre sus sentimientos.
Intenso debate
El video del joven, fechado el pasado 5 de diciembre, fue compartido por decenas de miles de usuarios en redes sociales y ha generado un intenso debate sobre la opacidad de los centros de cofradías y sobre la precaria situación económica de muchos estudiantes que no acceden a una vivienda propia.
“Es una obligación pública garantizar que los jóvenes se beneficien de servicios educativos, vivienda, alimentación y apoyo psicosocial de calidad”, señaló en un comunicado la Asociación de Psiquiatría de Turquía.
Estudiantes de la universidad de Firat organizaron una protesta el pasado viernes 14 de enero frente a la facultad de medicina, para pedir que se investigue la situación en las residencias estudiantiles de cofradías religiosas musulmanas.
Protestas de la oposición
Miles de estudiantes protestaron también en Estambul el mismo día, pidiendo una investigación y el cierre de este tipo de residencias, criticando el aumento del alquiler de las viviendas en muchas ciudades turcas.
La Gobernación de Estambul prohibió la protesta y la Policía detuvo a 83 estudiantes, que fueron puestos en libertad al día siguiente.
“El Gobierno ni siquiera puede tolerar las voces de los jóvenes, prefiere silenciarlas en lugar de escuchar”, dijo Özg Özel, vicepresidente del principal partido opositor, el socialdemócrata CHP.
“Enes K. fue uno de miles de jóvenes condenados a no tener futuro y a vivir en residencias de cofradías. Es un derecho de los jóvenes cuestionar y protestar. Es un delirio impedir este derecho”, señaló el también opositor partido prokurdo HDP.
Críticas del Gobierno
Por su parte, el Gobierno del partido conservador islamista AKP expresó “profunda tristeza” por lo sucedido y criticó a partidos opositores y estudiantes que protestaron contra las cofradías religiosas.
“No es aceptable ni moral el que produce peleas, venganza ideológica y división por la muerte de un joven”, señaló el portavoz del AKP, Ömer elik.
El Ministerio de Familia y Servicios Sociales anunció la prohibición de la emisión del video de Kara con el argumento de proteger a la juventud.
“Se han iniciado acciones legales con el objetivo de proteger la salud mental de niños y jóvenes, ya que el video grabado por Enes Kara antes de su suicidio ha sido ampliamente compartido en redes sociales y en páginas web”, declaró el Ministerio en un comunicado.
Por otro lado, el periodista Faik Akgn, quien fue el primero en informar sobre el suicidio del estudiante, fue destituido como editor jefe del medio local donde trabajaba y se eliminaron sus reportajes sobre el asunto.
Akg explicó en una entrevista con el diario “Gerek Gndem” que miembros de la cofradía religiosa lo amenazaron tras publicar la noticia