Un puente con el correísmo, la última obra de Lasso
Guillermo Lasso entregó la competencia para la construcción del ‘quinto puente’ a Aquiles Alvarez, alcalde de Guayaquil y una de las cartas del correísmo para las elecciones presidenciales del 2025.
El acto del 22 de noviembre, políticamente, evidencia una alianza con el correísmo, que le perdonó la vida y ayudó a un buen morir a su gestión.
La alianza entre Lasso y el correísmo reverdeció a partir de que decretó la muerte cruzada y dejó al correísmo con la primera opción para llegar a la presidencia y aplanar la pista para el retorno de Rafael Correa.
El partido era el único con una estructura política nacional y venía de lograr las alcaldías y prefecturas de Quito, Guayaquil, Pichincha y Guayas.
Pero ni el correísmo ni Lasso contaban con que Daniel Noboa Azin derrote a Luisa González y obtenga la presidencia.
Amigo de tus enemigos
Lasso demostró en los últimos días de su mandato que fue un gran amigo de los correístas, supuesto aliados políticos de Noboa, que en realidad buscan evitar que el nobel presidente logre la reelección.
Lasso le dejó a Noboa una caja fiscal vacía, con serios riesgos de no poder pagar sueldos en diciembre y el décimo al sector público.
Un gran reto para un gobierno que se acaba de sentar en el despacho y que además ve limitada su capacidad de endeudarse con los multilaterales.
Pero eso no es lo único, a última hora firmó concesiones en el sector eléctrico, hizo compras de emergencia y hasta reformó algunos acuerdos en el Ministerio de Trabajo, que harán más cuesta arriba la gestión de Noboa.
Los correístas, aliados de Noboa en la Asamblea, se frotan las manos al ver la cantidad de nudos que deberá destrabar el nuevo presidente, que camina contra el tiempo.
Y volver, volver…
Lasso dijo el 19 de noviembre de 2023 que su intención es volver a Carondelet, lo hizo en Quito durante una entrega de viviendas.
“En 2025 regresaremos para continuar con nuestro trabajo de servicio al pueblo ecuatoriano”, afirmó.
El exmandatario se medirá con Noboa, que no descartó su reelección y con González que fue postulada por el correísmo.
Por eso, la importancia de ‘tender puentes’ con Alvarez, el único político que pudo calificar de “lamparosos” a los correístas, sin recibir un tirón de orejas desde Bélgica ni el ataque de un troll center que ha demostrado ser letal para sepultar a críticos y opositores.
Lasso se fue del poder, con un libro bajo el brazo y un documental en el bolsillo, pero también con la misión cumplida de haber dejado la casa en completo desorden a Noboa, favor que agradecerán profundamente sus amigos correístas.