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10 feb. 2022
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Tres gestores ambientales fueron contratados por la empresa privada de transporte de petróleo Oleoducto de Crudos Pesados, OCP Ecuador, para realizar las tareas de remediación después de la rotura de su tubería, registrada el pasado 28 de enero, en la zona de Piedra Fina, en el límite provincial del Napo y Sucumbíos.
Gustavo Manrique, ministro de Ambiente, señaló que los mecanismos que se utilizan para la remediación ambiental de la zona son varios. “Dependerá si son cuerpos hídricos, vegetación, un sistema rocoso o si es suelo e incluso el tipo de suelo el que se contaminó”, dijo en su intervención ante la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional.
Los gestores ambientales o empresas contratadas para la remediación son: Arcoil, Pecs y Corena. Los obreros de estas compañías realizan la remoción y recuperación de suelo, limpieza y desbroce de vegetación.
Los trabajadores, puestos sus trajes de bioseguridad, recolectan el material contaminado, tanto del lugar del derrame, como de las riberas del río. Este material lo colocan en sacos blancos y luego son trasladados en volquetas, señaló José Hurtado, un morador de Lumbaquí, en Sucumbíos, testigo de las tareas de remediación.
Básicamente, los trabajos de limpieza consisten en el retiro del suelo, vegetación y rocas contaminadas. A estos se les somete a distintos procedimientos, entre los más comunes están el biopharming, que es un tratamiento para que bacterias consuman el petróleo, señaló Jorge Vugdelija, presidente ejecutivo de OCP Ecuador, ante la Comisión de Biodiversidad.
Esta es una práctica muy utilizada en el mundo, según científicos de la Universidad de East Anglia, que recoge Europa Press, los microorganismos degradan el crudo.
Otra de las prácticas utilizadas es la incineración de los suelos contaminados, la idea es quemar el hidrocarburo, agregó Vugdelija.
Según datos de la compañía, 6 300 barriles de hidrocarburo se vertieron en la zona, de los cuales se recuperaron 5 300 barriles en las primeras 72 horas.
Este Diario visitó el lugar el lunes 31 de enero pasado, y pudo observar que los cuatro cubetos o piscinas que se construyeron para la recolección del hidrocarburo se encontraban vacías. El crudo recuperado ya había sido llevado en tanqueros hacia la estación de la compañía, en Lago Agrio. Sin embargo, el suelo, las piedras y la vegetación estaban cubiertas por una extensa capa negra y el fuerte olor a combustible permanecía en el ambiente.
1 000 barriles de petróleo no fueron recuperados. Cada barril tiene 42 galones, que serían unos 159 000 litros de crudo derramados aproximadamente. Según el Ministerio del Ambiente, 2,1 hectáreas del Parque Nacional Cayambe-Coca se contaminaron de manera directa en este desastre.
Según Vugdelija, la mayor cantidad de crudo que no ha sido recuperado está en el suelo. “Lo cual no es (daño) menor, sin embargo es distinto que en el agua”. Pero el hidrocarburo llegó también a las fuentes hídricas y contaminó rápidamente las riberas de los afluentes amazónicos. El daño global aún no está contabilizado.
Esta semana debe concluir el trazado de la línea base, este documento permitirá conocer la afectación real del derrame de crudo.
Juan Carlos Orellana, alcalde del cantón Aguarico, de la provincia de Orellana, señaló para un medio local, que las trazas de hidrocarburo se observaron en las dos márgenes del río Napo, a uno 300 kilómetros de Piedra Fina, denominada como la zona cero.
En las riberas de los afluentes viven 34 comunidades, que tienen alrededor de 12 000 pobladores
El ministro de Energía, Juan Carlos Bermeo, confirmó que los barriles de crudo derramados en Piedra Fina, en la provincia
El derrame de crudo ocurrido el sábado pasado en una refinería operada por Repsol en el norte de Lima ha
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