Spider-Man teje su mejor trilogía en el cine
La última vez que vimos a Peter Parker su identidad secreta como el amigable vecino Spider-Man había sido expuesta al mundo entero y esa revelación es justamente el impulso inicial de su siguiente aventura conocida como ‘No Way Home’ (‘Sin camino a casa’).
La tercera y última parte de la trilogía conocida como ‘Homecoming’ llegó finalmente a los cines. El esfuerzo de Sony Pictures por reservar las mejores sorpresas para el estreno no pudo contener la avalancha de especulaciones que no hicieron otra cosa que lograr efervescencia de la expectativa del fandom mundial, con miles de fanáticos volcándose a las taquillas físicas y virtuales apenas iniciada la preventa.
Por años, y por una cuestión de derechos a favor de Sony Pictures, Spider-Man peleaba sus propias batallas en solitario, mientras Los Vengadores salvaban al mundo una y otra vez expandiendo un entretenido y muy rentable universo de fantasía basado en los superhéroes de Marvel Comics.
Primero fue Tobey Maguire quien se coló en el imaginario colectivo como el amigable ‘Spider-Man’ y completó una trilogía bajo la dirección de Sam Raimi. Una vez agotada la trama, el estudio reformuló el personaje para que Andrew Garfield tome la posta como ‘The Amazing Spider-Man’, en un proyecto que terminó solo con dos entregas dirigidas por Marc Webb.
La ausencia -reclamada por los fans- de Spider-Man en el equipo de Los Vengadores revocó en 2016, cuando Tom Holland debutó como el más joven de los superhéroes y un adolescente lleno de sueños e inseguridades y, al mismo tiempo, deslumbrado por unirse a tremendo equipo.
Ahora, Jon Watts completa una nueva trilogía en la dirección de una película que pretende integrar dos décadas y tres generaciones de personajes en un universo que desafía las leyes del tiempo y del espacio y, a veces, incluso de la lógica.
Desde que Tony Stark (Robert Downew Jr.) se mostró sorprendido por las habilidades del ‘chico araña’ y le puso a prueba con un traje con ‘rueditas’, el personaje de Holland ha experimentado una serie de cambios físicos y emocionales.
En ese sentido, la trilogía de Holland es un viaje hacia la madurez y ‘No Way Home’ completa la transformación del ‘Hombre Araña’. Para Peter Parker eso implica estar a la altura de las exigencias, tomar decisiones y asumir las consecuencias como un verdadero Vengador.
Pero las cosas no son tan fáciles ahora que la vida de Spider-Man y Peter Parker son parte de una misma controversia, alimentada sin reparos por un divertidamente odioso J. Jonah Jameson, director del Daily Bugle, que trae de vuelta al histriónico J.K. Simmons.
Como ha demostrado antes, Peter Parker puede estar dispuesto a sacrificarse por los demás, pero cuando se da cuenta de que MJ (Zendaya), Ned (Jacob Batalon) y su tía May (Marisa Tomei) han sido injustamente afectados por sus acciones, las decisiones correctas no siempre están a la vista.
En busca de una solución recurre a Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) para pedirle que arregle todo con un hechizo de olvido. El fallido conjuro termina por abrir una ventana a otras realidades paralelas, por la que se cuelan una serie de personajes que conocen la identidad secreta de Spider-Man.
Esta idea del multiverso, tomada de la cinta animada ‘Spider-Man: Into the Spider-Verse’ es la pieza narrativa que permite tomar elementos y personajes de las sagas anteriores para moldear una trama en la que confluyen los tres pasados de Spider-Man.
Holland ofrece su interpretación más emotiva como Peter Parker y su alter ego enmascarado, adquiriendo nuevas dimensiones que se desarrollan alrededor de la pérdida, la venganza y la misión moral del héroe.
Mientras el protagonista intenta hallar una solución a su conflicto moral y existencial, la acción escala minuto a minuto mientras se dosifica la sorpresa de cada uno de los villanos, nuevos para el Peter Parker de Holland, pero bien conocidos para los fans marvelitas.
El regreso de actores como Alfred Molina, Willem Dafoe o Jamie Foxx rebasa lo anecdótico o el cameo para ser detonadores y protagonistas de los momentos más vibrantes, que visualmente se colocan por encima de sus predecesoras.
Para el Spider-Man de Holland, así como para las otras dos versiones del personaje, la gran responsabilidad que conlleva un gran poder queda proyectada como llamado a la acción y un rito de iniciación.
El director lleva el guion creativamente compuesto por Chris McKenna y Erik Sommers a un punto de equilibrio entre el gran espectáculo del cine de superhéroes, el relato personal y humano de un personaje que madura entre el dolor y el amor y una visita a la nostalgia que dejará satisfechos a los fanáticos, con sorpresas y giros que se extenderán hasta dos veces en los créditos finales.