Se usan drones para ingreso de drogas y explosivos a penitenciaria
La Policía asegura que este es un nuevo mecanismo que las redes criminales usan para introducir narcóticos a las celdas. El ingreso de esas sustancias y otros artículos prohibidos es sancionado con penas de uno a tres años de cárcel. Así lo establece el Código Integral Penal (art. 275).
Información a la que tuvo acceso este Diario muestra que las bandas se contactan a través de celular con los internos y coordinan la fecha, la hora y el área del centro donde el dron botará la droga. Actualmente, agentes de investigación e Inteligencia analizan esta nueva forma de operar.
Estos aparatos se han detectado principalmente en la noche y madrugada, pues la idea es pasar desapercibidos.
Por ejemplo, el este año se registró un caso en la Penitenciaría del Litoral. En horas de la madrugada, un equipo sobrevoló los pabellones de mínima y máxima seguridad. Finalmente, el dispositivo se estrelló contra una pared y se destruyó.
Desde que detectaron estos casos, la Policía ha mantenido reuniones con el ECU-911. El objetivo es que con las cámaras de videovigilancia que existen en los alrededores de las penitenciarías, los operadores alerten al personal de Contingencia Penitenciaria cuando visualicen la presencia de esos equipos.
Los agentes aseguran que hace un mes enviaron por escrito un pedido al Servicio de Rehabilitación (SNAI), para que adquieran inhibidores de señal para drones y así evitar que estos sean activados.
La Coordinación de Seguridad Perimetral de los Centros de Privación de Libertad indica que hace tres semanas tienen la autorización de interceptarlos y dispararles balas de goma para que estos equipos desciendan.
Según las investigaciones policiales, las bandas copiaron este mecanismo que ya ha sido utilizado en otros países de América y Europa. Por ejemplo, en marzo pasado, en una cárcel de Quindío, Colombia, agentes vieron cómo un dron lanzó desde el aire un paquete con droga, armas y celulares.
Otro hecho similar ocurrió en mayo del 2020, uniformados también interceptaron otro de estos dispositivos en el patio de una prisión de Bélgica.
En mayo pasado, gendarmes impidieron que dos drones ingresaran marihuana, cocaína, pasta base y metanfetaminas a una penitenciaría de Chile.
En enero del anterior año, la Interpol (Policía Internacional) ya emitió un informe en el que se alerta sobre el uso que las redes delictivas le dan a esta tecnología para introducir artículos prohibidos en las cárceles. Según ese organismo internacional, también se han registrado casos en las penitenciarías de Estados Unidos, Italia, Escocia, Irlanda, Inglaterra, Canadá, entre otros.