Regresan los 'tróspidos': ¿Por qué nadie quiere casarse con tu hijo?

‘Quién quiere casarse con mi hijo’ ha vuelto a Cuatro en un momento convulso de la televisión nocturna, pero tiene dos argumentos para arañar audiencia: suficiente carga de surrealismo y un público nostálgico

El polémico reality show 'Quién quiere casarse con mi hijo' ha regresado a la pantalla de Cuatro en medio de un ambiente convulso en la televisión nocturna. A pesar de la intensa competencia por la audiencia entre programas como Broncano en TVE y el clásico Motos, esta producción cuenta con dos elementos clave para captar la atención del público: un toque de surrealismo y la nostalgia que despierta en los espectadores.

El retorno de 'Quién quiere casarse con mi hijo' ha sido opacado por la batalla por el rating entre Broncano, la propuesta de TVE para atraer a un público más joven, y Motos, que sigue con su fórmula habitual. No sorprende que, incluso antes de que el programa comenzara a las once menos diez, la audiencia ya estuviera más preocupada por terminar su cena y prepararse para el día siguiente. Lamentablemente, no se ha medido el tiempo de los cortes comerciales, dando la sensación de que excedían con creces los doce minutos de publicidad permitidos por hora de emisión. Bloques muy cortos e interrupciones publicitarias constantes para un programa que finalizó pasada la una de la madrugada. Una estrategia poco acertada para un relanzamiento que ya venía marcado por las controversias de Broncano y la fuerte apuesta de Motos al invitar a Victoria Federica a su programa (a quien, por alguna razón, no le ha hecho comentarios sobre divorcios acelerados).