Nilsen Arias aceptó en Corte estadounidense que recibió sobornos durante gobierno Correa
Nilsen Arias se declaró culpable ante una Corte estadounidense de recibir sobornos de cuatro empresas comercializadoras de crudo durante el gobierno de Rafael Correa Delgado.
Era un secreto a voces que Arias, ex Gerente de Comercio Exterior de Petroecuador y hombre cercano a Jorge Glas era el brazo ejecutor de un esquema de corrupción que manejó la comercialización de crudo ecuatoriano.
En su declaración, Arias dijo que recibió sobornos de algunas empresas a través de los hermanos Antonio y Enrique Peré Icaza, consultores que operaban desde Miami y Ecuador. Este dinero estaba destinado para varios funcionarios ecuatorianos.
Cuando se le pidió precisiones, Arias mencionó a Trafigura, Gunvor, Vitol y Sargeant Marine. Se estima que entre 2010 y 2017 se vendieron 1.325 millones de barriles de petróleo a precios menores a los del mercado, lo que provocó un perjuicio al Estado de 4.700 millones de dólares.
Caso conocido
La participación del funcionario correísta en este esquema de corrupción era un caso conocido, desde que la Fiscalía de Nueva York publicó documentos que implican a Arias y a otros funcionarios de Petroecuador.
La Fiscalía tenía evidencia suficiente para señalar que Arias y otros miembros de la petrolera estatal ecuatoriana participaron “en una trama internacional de soborno y blanqueo de capitales, en la que aceptó y acordó, de forma consciente, voluntaria y corrupta, sobornos realizados por y en nombre de empresas de comercio de energía y asfalto”.
El esquema operaba de la siguiente manera: Petroecuador convocaba a empresas internacionales a participar en estas negociaciones y Arias aceptaba el dinero ilícito “a cambio de utilizar su posición oficial e influencia, y asegurarse ventajas a las empresas para obtener y retener negocios con Petroecuador y relacionadas con ella”, según los fiscales.
El dinero de los sobornos era depositado por Arias y sus secuaces en empresas ‘offshore’, creadas en Curazao. Sin embargo, parte del dinero pasó por el sistema financiero estadounidense, lo que hizo que la justicia de ese país investigue el origen de esos fondos y descubra a los involucrados en ese movimiento.
Según la justicia estadounidense, solamente una de las empresas que participaron en el esquema de sobornos transfirió, a través de Arias y sus cómplices, 70 millones de dólares a cuentas bancarias en Suiza, Islas Caimán, y Panamá.