México en crisis: un país devastado
A esta tragedia se la ha llamado "cuarta transformación". Haberla entrevisto no me da la más mínima satisfacción. Con toda mi alma hubiera deseado equivocarme.
La tragedia que ha golpeado a México en los últimos años ha sido denominada como la "cuarta transformación". Es difícil encontrar satisfacción al haber predicho este escenario con antelación. En junio de 2006, justo antes de las elecciones presidenciales, escribí un ensayo sobre López Obrador titulado "El mesías tropical". En aquel entonces, retraté a un hombre con inclinaciones sociales pero también con una ambición de poder oscura, irracional y vengativa. Describí su carácter intemperante, su obsesión consigo mismo, su falta de interés en el mundo exterior, su ignorancia en temas económicos, su desprecio por el derecho, su dogmatismo ideológico y su autoritarismo político. López Obrador no encajaba en la tradición liberal, constitucional, democrática o incluso socialista de México; era claramente un personaje tiránico. Advertí sobre la peligrosa convergencia de sus delirios: compararse con Jesucristo y exhibir la desmedida naturaleza "tropical" del poder en Tabasco, su estado natal en el sureste de México. En aquel entonces, su triunfo parecía inevitable, y mi advertencia fue clara: "México perderá años irrecuperables".