Metrovía laborando al 50 %
Las cooperativas de buses urbanos convencionales y el sistema Metrovía han perdido pasajeros -que aún no recuperan- por la pandemia del COVID-19, pero solo los segundos han recibido dos ayudas económicas este año que suman $ 2,6 millones de parte del Municipio de Guayaquil, que a su vez se niega a revisar la tarifa del pasaje, como piden los primeros.
¿Por qué hay esa diferenciación entre estos dos sectores si ambos están conformados por operadores privados? Eso es lo que reclama la Federación de Transportistas del Guayas (Fetug), cuyas cooperativas agremiadas vienen laborando al 50 % desde el 9 de noviembre. Por su parte, la Agencia Metrovía, que regula a dicho sistema y forma parte de la estructura de la Agencia de Movilidad y Tránsito (ATM), tiene este argumento:
“La justificación es que el sistema Metrovía fue el único servicio que se ha mantenido operativo a lo largo de toda la pandemia. Las transferencias buscan compensar los kilómetros recorridos versus la demanda registrada”, contestó la institución mediante correo electrónico a la consulta hecha por este medio.
Se refiere a los $ 992.457,03 del Fondo de Compensación para la Sostenibilidad Operativa del Sistema de transporte masivo, según dice la ordenanza que regula dicha ayuda, otorgada el 12 de marzo de este año; y a la aprobación de una segunda entrega de $ 1′688.805,79, de la cual la Metrovía ya recibió el 50 % el 23 de septiembre.
Esos $ 2′681.262,83 en total se aprobaron, según dice la Agencia, por los cálculos realizados para compensar dos periodos específicos de baja demanda de usuarios. El primero, del 17 de marzo al 13 de septiembre de 2020 y el segundo, de octubre de 2020 a mayo de 2021. El fondo es para repartirlo entre los tres consorcios que operan el sistema: Metroquil, Metro-Bastión y Metro-Express.
“Cabe mencionar que esto es posible por las condiciones operativas que mantiene el sistema, en el cual hay un registro diario de pasajeros transportados, kilómetros recorridos, unidades operativas, entre otros”, dice la Agencia que dirige Paola Carvajal.
Semanas atrás, la funcionaria señaló que precisamente de ese manejo adolecen los dueños de las unidades agremiadas en las cooperativas.
“Hay que considerar que todos deben haber tenido un impacto en la pandemia. Las condiciones de los consorcios no la conocemos en detalle porque son empresas privadas, pero ellos han sido muy respetuosos en mantener la operación, la Metrovía nunca se ha parado, ni cuando la demanda llegó a ser del 10 % en el pico de la pandemia en 2020″, dijo Carvajal el pasado 17 de noviembre en una entrevista con este medio.
Y en aquello insiste la Agencia que ella dirige: “La Metrovía siempre mantuvo su servicio operativo y nunca ha ni “reducido” su horario de operación (como lo realizó el servicio convencional en el mes de marzo de este año), ni han paralizado parcialmente su flota como un mecanismo de protesta. Incluso, en la medida que se va reactivando la ciudad se van rehabilitando las unidades de servicio en varias rutas alimentadoras”.
Pero la Metrovía sí ha reducido su horario y su flota durante la pandemia, como lo reflejó este medio en una nota del 24 de agosto de 2020 en la que se señalaba que había ‘preocupación por el futuro de la Metrovía’ y volvió a dar cuenta de aquello el 26 de septiembre de este año cuando recogía que aún no había reactivación para los transportistas, que las cifras de la Metrovía también reflejan pérdida y que los usuarios pedían más buses y reanudar rutas no cubiertas por la pandemia.
Actualmente, el sistema Metrovía opera de 05:30 a 21:30 de lunes a sábado y de 06:00 a 20:00 el domingo. Antes de la pandemia operaba hasta las 23:00.
De hecho, la Metrovía todavía no recupera la demanda que tenía. “Actualmente la afluencia de usuarios es de 212.000 promedio por día típico y la demanda registrada en febrero 2020 fue de 395.000 promedio por día típico, habiendo recuperado el 53 % de la demanda” que existía antes de la aparición del COVID-19 en Ecuador.
Los buses urbanos, de igual manera, aún no recuperan pasajeros. De los 700 al día que transportaba cada unidad antes de la pandemia, ahora solo llevan entre 200 y 400, según cambia el porcentaje de aforos, limitante que no se cumple en los articulados de la Metrovía, según las quejas de los usuarios. Ante esa circunstancia, las cifras hicieron que los transportistas urbanos decidieran paralizar la mitad de los 2.650 buses que existen en Guayaquil.
La diferencia es que los articulados han permanecido guardados en los patios de los consorcios, mientras los buses llevan desde el 9 de noviembre pasado aparcados en avenidas como la 25 de Julio, Barcelona o Francisco de Orellana como medida de presión para que el Municipio, en el ámbito de su competencia, revise la tarifa de $ 0,30 o les otorgue otro tipo de subvenciones como la ayuda que ha dado a la Metrovía.
“Lo hacemos por responsabilidad de los usuarios, porque la tarifa actual no cubre los costos de operación y no queremos dejar sin servicio a los habitantes de nuestra ciudad”, explica el presidente de la Fetug, Christian Sarmiento.
“No entendemos el trato discriminatorio para con los transportistas urbanos tradicionales. La ingeniera Paola Carvajal, que tiene todos los insumos de gastos de nuestra flota desde el mes de marzo del 2021, nos niega un estudio técnico, pero sí gestiona para la Metrovía, de la que es su administradora, la ayuda del Municipio y el Concejo Cantonal”, dice Sarmiento.
Carvajal ha rechazado que ella gestionara tal ayuda. La decisión se adoptó en una sesión del Concejo Municipal de Guayaquil, el 4 de febrero de este año, cuando se aprobó en segundo y definitivo debate la ordenanza que regula la creación, funcionamiento y entrega del Fondo de Compensación por COVID-19 para el Sistema Integrado de Transporte Masivo Urbano Metrovía.
El procurador síndico municipal, Cristian Castelblanco, sostuvo que esa ordenanza contó con informes favorables de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) y de la entonces Fundación Metrovía, luego convertida en Agencia.
Castelblanco dice ahora que el cabildo ya piensa en acciones legales respecto a la paralización de los buses, mientras sus propietarios estiman que operando al 50 % podrían aguantar dos meses más antes de que colapsen totalmente. Mientras tanto, la ciudadanía seguirá lidiando con la incomodidad de esperar más tiempo por el transporte y la incertidumbre de si habrá o no un alza del pasaje.