Lo peor del 2022: la falta de unidad en Quito y la Asamblea Nacional
Los políticos han lastimado la confianza ciudadana en este año. Esto va sazonado por los egos, la mezquindad y el desinterés por los problemas más serios que atraviesa el país.
La política ecuatoriana, pese a que se sabe que casi siempre decepciona, este año ha sorprendido. El bajo nivel de aceptación de los políticos está sazonado por el desinterés de ese grupo de las reales necesidades de la población.
Esto ha sido mucho más evidente en la política quiteña y en la Asamblea Nacional, que se convierten fácilmente en lo peor de 2022.
La mezquindad y falta unidad en la capital
Este año que finaliza nació con una esperanzadora iniciativa ciudadana: la unidad de los políticos quiteños. Pero esta idea, liderada por Ruth Hidalgo y Participación Ciudadana, evidenció la mayor muestra de mezquindad política.
Esa organización inició el proceso de unidad para enfrentar de mejor manera la elección por la Alcaldía de Quito y que no se repita el escenario en el que ganó Jorge Yunda.
En ese año, 2019, la dispersión de candidatos hizo que el médico y radiodifusor llegue al Municipio con mínimo respaldo. Luego se produjeron serios problemas de gestión, maquillados con propaganda, que provocaron la salida abrupta de Yunda del alto cargo.
Las conversaciones para alcanzar la unidad, reservadas todas, se fortalecieron a inicios de este año y duraron ocho meses.
“La percepción de que se postularán más de una decena de candidatos a la Alcaldía de Quito, está generando preocupación a los capitalinos”, dice una de las invitaciones en esos meses, en poder de este Diario, para quienes eran precandidatos.
La idea de los encuentros era encontrar “consensos entre las diferentes tiendas políticas de similares tendencias”. Ir con una sola lista, un candidato a Alcalde y una lista para concejales.
Pero los apetitos voraces de los políticos quiteños hicieron que eso no prospere. Que se caiga a último momento.
LA HORA supo que un día antes de la reunión definitiva, ya acordadas las candidaturas para las concejalías por distritos, los organizadores recibieron llamadas donde les aseguraban que no iba más el proceso. Sucedió justo antes de alcanzar un solo nombre para candidato a Alcalde.
Ahora, cuando ya estamos a tres días de iniciar la campaña electoral, hay un alto porcentaje de indecisón para la elección (entre 60% y 50% según varias encuestadoras) y Jorge Yunda lidera las encuestas. Él está escoltado por el continuador del correísta Augusto Barrera, Pabel Muñoz. Hay 12 candidatos.
La lección que aprendió Participación Ciudadana es que la ciudad y el país requieren de un cambio radical en el sistema político. Ya han realizado propuestas.
La falta de unión es lo peor de 2022 en Quito.
Una Asamblea que se hunde
En la Asamblea Nacional está el epicentro de la oposición al Gobierno de Guillermo Lasso. La mayoría legislativa, integrada por correístas, socialcristianos y parte de los legisladores de la Izquierda Democrática y Pachakutik, han provocado una de las más descomunales caídas de credibilidad del Parlamento.
Las últimas cifras de Cedatos, del 14 de diciembre, lo demuestran. Mientras el 30 de agosto del 2021 tenía 30,1% de calificación positiva de la gestión, el 14 de diciembre llegó al 7,4%. Este es uno de los números más bajos en su historia.
Pero hay más. La encuestadora preguntó: ¿Usted cree o no cree en la palabra de los asambleístas? Y la respuesta fue devastadora: 5,7% de los encuestados sí cree en lo que dicen los legisladores.
El Parlamento puso como prioridad un enfrentamiento con el Gobierno y con las fuerzas políticas que no componen la mayoría. Así, sacaron a Guadalupe Llori de la Presidencia y tomaron todos puestos directivos. Por eso llegó Virgilio Saquicela.
Y eso no fue suficiente. Buscaron destituir al presidente Lasso, sin conseguirlo. Emprendieron juicios políticos para que la mayoría legislativa tome el control de otros poderes del Estado, como el del Consejo de Participación Ciudadana y la Justicia. Aunque todavía no lo obtienen, predomina el muñequeo político.
Esta Asamblea, acusada de sediciosa y conspiradora, no se ha preocupado de unir fuerzas para resolver los problemas que más importan a los ecuatorianos. No ayudan a resolver el grave problema de inseguridad, tampoco del desempleo, ni la pobreza.
Hay, en líderes de opinión, serias dudas del papel que juegen en la implementación de las preguntas de la consulta popular. De esa Asamblea opositora dependerá, si se aprueban una o las ocho preguntas, que la voluntad de los ecuatorianos sea respetada.
No obstante, las encuestas han hablado. Los bajos números en credibilidad también ubican a la Asamblea Nacional en lo peor del 2022. (JC)