Las UPC cerradas producen angustia en los vecinos de Quito
En la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de San Gregorio, en Chillogallo (sur de Quito) no hay nadie. Son las 20:28 del jueves 25 de noviembre y en el punto ubicado en un parque no hay ni siquiera una luz encendida.
Gabriela Soto vive frente a la Unidad. Dice que no suele haber nadie en las noches y en las mañanas de vez en cuando un policía se hace presente. En caso de una emergencia prefiere llamar al ECU-911.
El mismo día, cerca de las 19:55, en el Sector de Santa Anita (sur), otra UPC está vacía. Tiene dos pisos y los estacionamientos del ingreso tienen conos para evitar que otras personas los usen.
Marlon López es morador del sector. Dice que desde que se inició la pandemia por el covid-19, el personal policial dejó de asistir regularmente. “A veces viene un policía a dormir. Lo que no permiten usar, así no estén, es el parqueadero de la entrada”.
En San Bartolo, en cambio, la luz de la UPC ubicada en las calles Urdaneta y Balzar permanece encendida. En el garaje no hay patrulla y durante 10 minutos no se observa ningún vehículo policial por la zona.
Daniel Vargas tiene una tienda a unos pocos metros de ahí. Dice que el personal policial no pasa tiempo completo,
pero realizan patrullajes constantes por la zona.
En el norte, la UPC del barrio La Luz está activa a las 21:05. Personal de la Policía entra y sale de la unidad. En las afueras permanecen los patrulleros con los cuales hacen los operativos. Lo mismo pasa en la unidad ubicada en San Isidro de El Inca.
En Quito hay 275 UPC distribuidas en nueve distritos. Según el coronel Enrique Bautista, subcomandante del Distrito Metropolitano, todas están operativas. Sin embargo, reconoce que no en todas hay la capacidad para abastecer
de personal.
En esos casos, dice Bautista, se recurre a las denominadas UPC flotantes. Estas ofrecen el mismo servicio que las Unidades fijas, pero mediante patrullajes constantes por los barrios. La organización de esos patrullajes depende de la planificación de cada circuito.
Estas unidades se encargan de asistir a la ciudadanía en lo relacionado con su seguridad. Mantienen contacto con las organizaciones barriales para su capacitación y también utilizan el denominado botón de auxilio. Este último, comenta Bautista, sirve para que una persona se ponga en contacto con los policías que están encargados de los distintos circuitos. Así, la ayuda llega al lugar de registro del número que hace el pedido.
La atención en las diferentes UPC se organiza de acuerdo con un plan operativo y según la cantidad disponible de uniformados por sus respectivos turnos. Bautista explica que al menos deben estar dos policías por cada unidad.
Durante 2021, los distintos tipos de robo aumentaron en la capital. Eso originó que el Municipio de Quito preste especial interés en lo relacionado con la seguridad.
En ese escenario, la Policía tiene mapeadas 27 áreas en donde se registran problemas crónicos. Es decir, barrios en donde constantemente hay alertas de los botones de auxilio por hechos relacionados con libadores y actos reñidos con la Ley. Entre estos están la Mena Dos, La Marín y la Plaza Foch.
Además, hay 14 áreas de concentración de violencia. Entre estos están La J, en el sur; la 24 de Mayo, en el Centro, y la Foch, en el norte.
El alcalde Santiago Guarderas y la Secretaría de Seguridad han tenido acercamientos con la Policía para coordinar acciones. Si bien el Cabildo tiene competencia para actuar en el espacio público, también colabora con la logística para la Policía.
Para el próximo año se prevé destinar USD 1,1 millones para el apoyo a la logística de la Policía Nacional. Estos recursos saldrían de la Empresa Pública Metropolitana de Seguridad (EPM Seguridad).
Además, actualmente, la Policía y el Municipio intervienen en operativos conjuntos en sectores en donde se reporta el mayor número de denuncias. También actúan en conjunto en las acciones para el Centro Histórico.
Para la Federación de Barrios de Quito, organización que aglutina a 300 zonas, la reapertura de varias UPC sin uso es urgente. William Basantes, vocero de la Federación, dice que en el fenómeno de unidades cerradas se repite en
varias parroquias y eso abona a la inseguridad.