La pacificación es para humanizar al sistema penitenciario
En Ecuador es la primera vez que se realiza un proceso de pacificación en las cárceles del país. Esto ocurre luego de un año en donde fueron asesinados más de 315 detenidos.
¿Qué significa un proceso de pacificación?
Es una apuesta por la reinserción, por la transformación humana, por una sana convivencia penitenciaria. Es una oportunidad de encontrar y redescubrir estos nuevos desafíos del horizonte institucional penitenciario. Los diálogos de pacificación son para humanizar el sistema penitenciario. Es decir, dignificar la vida de las personas privada de libertad.
Hoy se vive un alto nivel de violencia entre bandas delictivas. Ustedes van a trabajar seis meses en los diálogos.
Después de ese tiempo, ¿qué escenario prevé?
Nosotros no vamos a entregar un diagnóstico. No queremos hacer más de lo mismo. Lo que vamos hacer es tener un acercamiento real con las partes involucradas. Eso es necesario. Vamos a hablar con las personas privadas de libertad, con los directivos de los centros, con los guías penitenciarios. Las voces de todos ellos han estado silenciadas por mucho tiempo. De esta forma se humaniza. Yo no justifico la violencia, pero no toda persona que está en un centro es mala, ni todo el que está afuera es bueno.
“Las personas creen que las cárceles son bodegas de carne humana y mientras se tenga ese concepto nadie le va apostar a la reinserción”.
La Comisión ya empezó a trabajar y visitó la Penitenciaría de Guayaquil y la de Cotopaxi. ¿Cuál es su diagnóstico tras esas visitas?
Ya hicimos un primer acercamiento. Encontramos personas ávidas de la convivencia penitenciaria. También hay personas que le apuestan a la pacificación. Celebran que exista una mesa de comisionados que somos totalmente imparciales. Y eso hace que nuestro trabajo pueda tener un horizonte muy benévolo. Hemos empezado a escuchar algunas peticiones y cosas personales.
“He visto a personas que estudian, que se están formando en maestrías. Hay que tener en cuenta que la violencia no está en todos los centros”.
¿Cómo se puede desarrollar un proceso de paz en medio de un ambiente alto hacinamiento, deficiente infraestructura o falta de medicinas?
No solo Ecuador está pasando por situaciones sensibles. En varios países hay similitudes de esas carencias. Los sistemas penitenciarios son olvidados por las sociedades y por los Estados. En general los sistemas penitenciarios son instituciones dañadas por omisiones, por simulaciones. Encontramos insuficiencia financiera muchas veces. Existe una línea de incertidumbre. Hay deficiencias de materiales y equipamiento. Si hablamos de diagnósticos claro que vamos a encontrar el porqué. Pero yo no me quedo en discursos derrotistas, yo creo que es posible la humanización. Las sociedades han normalizado la violencia, las personas creen que las cárceles son bodegas de carne humana y mientras se tenga ese concepto nadie le va apostar a la reinserción o a las segundas oportunidades