Familiares pagan las carencias de los hospitales
A más de medicinas, los familiares también deben pagar por insumos y exámenes que realizan en laboratorios externos
La cotización de USD 31,28 está marcada en la esquina de un papel arrugado. Adela acaba de recorrer los laboratorios clínicos ubicados fuera del hospital Francisco de Icaza Bustamante y regresó decepcionada. “No tengo plata para esto”, dice entristecida.
En ese papel está anotada la indicación del médico que ve a su nieto de 6 años en el área de quemados. Son análisis básicos de calcio, sodio, potasio, que no pueden realizar en el pediátrico guayaquileño por falta de reactivos.
“Ni siquiera hacen la prueba de tipo de sangre”, se queja Rodolfo. Adentro, su hijo de 11 años espera una cirugía cerebral. “Ya no tengo USD 20 por día para comprar más remedios, no sé de dónde sacar más dinero”, cuenta llorando.
Desde el 2019 los reclamos por falta de medicinas son recurrentes en hospitales del Ministerio de Salud Pública (MSP) y del IESS. La situación se agudizó en los últimos meses por falta de insumos, reactivos y equipos averiados.
El pronóstico no es nuevo. Desde junio, el vicepresidente Alfredo Borrero ha realizado “visitas sorpresa” y su diagnóstico ha sido que los hospitales están “en crisis”.
Parte de la solución fue intervenir algunas unidades y luego, en agosto, el Ministerio de Salud decretó una emergencia focalizada para adquirir fármacos e insumos por USD 45 millones. El alivio de ese cargamento duró poco.
La Asociación de Padres de Niños y Adolescentes con Cáncer (Apnacc) ha expuesto en el último año las dramáticas consecuencias del desabastecimiento. Lo ha hecho a través de las voces de Leyda, Grecia, Luzmila, entre otras personas.
“La situación es caótica -cuenta Luzmila, madre de una pequeña con cáncer-. Ni siquiera hay envases para recolección de orina que cuestan USD 0,50 y cuando nos piden comprar fuera nos dan papelitos porque está prohibido dar recetas”.
La ministra de Salud, Ximena Garzón, reconoce las falencias y en esta semana anunció una nueva compra centralizada, “masiva e inmediata”, hasta antes de que culmine el presente mes. El proceso cubrirá 200 tipos de fármacos para cinco meses.
Pero el presidente de Apnacc, Rafael Palacios, cree que la falta de stock ya deja una alta factura en los pacientes. “El problema es que así lleguen hoy los medicamentos, para muchos será tarde”.
Al menos 20 niños de la asociación fallecieron este año y una de las posibles causas, según afirma, es la falta de medicinas. Solo en el Francisco de Icaza han identificado la falta de 14 tipos de fármacos oncológicos y otros más que afectan a pacientes como el nieto de Adela.
El nuevo plan de compra del Gobierno tendrá una inversión de USD 30 millones por parte del MSP. El IESS destinará USD 20 millones y su presidente Francisco Cepeda dice que recurrirán a compras a través de empresas públicas.
Ante la Asamblea Nacional explicó que “las compras se caen” porque solo 127 de 780 ítems del Cuadro de Medicamentos Básicos es parte del catálogo electrónico del Servicio Nacional de Contratación Pública.
La vía, por ahora, es pedir a entidades públicas como universidades que adquieran las medicinas a distribuidoras y farmacéuticas, “y comprarles a ellos en bloque sin pasar por el catálogo”.
Mientras dura ese cargamento planifican implementar un modelo que se viene anunciando desde noviembre y que funcionará con receta e historia clínica electrónicas, más un sistema de auditoría y trazabilidad de los fármacos.
Dora García confía en que el proceso funcione por el bien de los pacientes con enfermedades catastróficas que sufren por conseguir medicamentos que pueden superar los USD 5 000.
“Nos dicen que los procesos de compra son largos, que los proveedores no cumplen… Son problemas de planificación y administración que deben resolver. Nosotros solo queremos nuestra medicina para seguir viviendo”, dice la coordinadora de la Red de Organizaciones Unidas de Enfermedades Raras y Catastróficas.
Son ocho asociaciones que tienen el respaldo de la Defensoría del Pueblo en una acción de protección por la falta de 60 medicamentos. No todos son de alto costo, también hay medicina básica como paracetamol, complejo B, losartán…
La audiencia para pedir la compra inmediata será el lunes. Es una demanda contra cuatro hospitales de especialidades del país, entre ellos el Teodoro Maldonado Carbo del IESS en Guayaquil.
El ir y venir de familiares angustiados se repite en las farmacias ubicadas frente al área de Emergencia de esta casa de salud. Carmen las recorrió todas en busca de una aguja de punción lumbar para confirmar el diagnóstico de leucemia de su esposo.
“Tenemos que comprar todo porque ni siquiera hay dexametasona, que cuesta menos de USD 1”, se queja. Otras personas también muestran papeles rasgados y cuentas diarias que van de USD 20 a 60 o más. La familia de Adela ya suma más de USD 100 en tres días.
Con la próxima compra el IESS calcula que llegará al 80% de abastecimiento. Por ahora el Teodoro Maldonado tiene un 60% de disponibilidad, aunque las familias siguen comprando sus recetas. La situación es crítica en el Carlos Andrade Marín, que apenas llega al 28%.