En Sangolquí remueven el lodo que dejó el río San Nicolás tras desbordarse
Las afectaciones que causan las crecidas en los ríos parecen “un cuento de nunca acabar”, dicen los moradores del barrio San Nicolás, en el cantón Rumiñahui.
Allí, la noche del jueves, el desbordamiento del río que lleva el mismo nombre causó destrozos en las viviendas que se levantan en la rivera y dejó a una familia sin muebles ni colchones donde dormir, por lo que piden a las autoridades apoyo para sacar el lodo de sus viviendas y obras para que no ocurra otro desastre similar.
El sábado, la familia de Oswaldo Espinoza, sus amigos y vecinos se reunieron en su casa para ayudarle a sacar con palas y baldes el lodo que aún quedaba en las habitaciones. Eso, mientras un grupo de mujeres lavaban en un balde de agua los utensilios que lograron rescatar. Esa familia sufrió a semana seguida el embate de la naturaleza. La crecida del río dañó sus electrodomésticos y dejó el patio trasero lleno de basura y escombros.
Afuera de esa casa, maquinaria del Municipio de Rumiñahui limpiaba las calles y alcantarillas con mangueras, mientras los vecinos reclamaban al alcalde Wilfrido Carrera la falta de respuesta a sus pedidos. Requerían personas que les ayudaran a sacar la tierra de sus hogares y que les donaran algunos colchones para pasar la noche. En las paredes de las habitaciones aún quedan las señales del lodo.
Más adelante, el patio trasero de la casa de Rosa Zúñiga, que tiene salida directa hacia el río, se llenó de tierra desde la semana pasada y aún no han podido sacarla. Ella rogaba porque le asignaran dos personas para que ayuden con ese trabajo en la vivienda, pues a sus 66 años le es difícil remover sola todo el material acumulado y sus condiciones económicas no le dan para pagar alguien que le colabore.
Las autoridades municipales indican que en la zona, con ayuda de maquinaria de las empresas municipales y de los mismos moradores, ya se logró mitigar algunos daños. El Alcalde sostiene que la causa del desbordamiento del ríofue una lluvia inusual en la zona.
En San Nicolás hay 28 personas afectadas y, a decir de las autoridades, todas han recibido atención. El sábado, las empresas municipales se dedicaron a la limpieza de las calles y a la restitución del servicio paulatino de agua potable en las zonas afectadas.
Personas en condición de calle
El albergue San Nicolás, administrado por la Misión Social Rumiñahui, también fue afectado. Nueve personas en condiciones de vulnerabilidad, que residían en ese lugar, fueron trasladadas a una casa temporal de acogida la noche del desbordamiento del río. El agua se llevó el muro de contención, destrozó la garita del guardia e ingresó a los dormitorios y a la cocina de esa entidad.
Según Liliana Sánchez, presidenta de Misión Social Rumiñahui, los daños materiales en el albergue aún no se han podido cuantificar. Eso se sabrá mañana, cuando se termine de limpiar la zona. Mientras tanto, los damnificados permanecen en el Centro de Capacitación La Tolita.
Negocios afectados
En la Panamericana E-35, los negocios se han visto afectados por el cierre de la vía, por allí a diario circulaban cerca de 30 000 autos.
Adrián Oña, propietario de una mecánica en el sector, menciona que tienen pérdidas del 100%, pues su trabajo dependía de que los vehículos pudieran circular por ahí. Lo mismo les ocurre a los dueños de un hotel y una lubricadora de autos del sector. Todas estas personas afectadas piden ayuda para lograr que sus inversiones no se vayan abajo