‘El poder del perro’, del ‘streaming’ al Oscar
‘El poder del perro’ es el título de la novela que Jane Campion convirtió en la película con más nominaciones en los Premios Oscar 2022.
Nada mejor que 12 nominaciones, incluyendo la de Mejor película, para despertar la curiosidad de los espectadores interesados en saber por qué un western ambientado en los años 20 del siglo pasado y dirigido por una cineasta neozelandesa acaparó tantas nominaciones.
La cinta retrata la convivencia entre dos hermanos de personalidades opuestas, una viuda y el hijo de esta, cuya relación se desarrolla en medio de secretos y conflictos, en las solitarias llanuras de Montana.
Después de festivales a ‘streaming’
‘El poder del perro’ tuvo su premiere mundial en la edición número 78 del Festival Internacional de Cine de Venecia. En el encuentro, Campion ganó el León de Plata a la Mejor Dirección. El filme recorrió otros 90 festivales en los que cosechó 216 premios.
Después de un limitado estreno en cines, la película se estrenó a principios de diciembre en Netflix. Ese mes estuvo un par de semanas en el Top 10 de las películas de habla inglesa más vistas en la plataforma.
Sin embargo, tras el anuncio de las nominaciones al Oscar volvió a ingresar en el noveno lugar de esta lista. En total acumuló 5,46 millones de horas vistas en la semana del 7 al 13 de febrero, según datos de la plataforma.
Un libro que perseguía a la directora
Después de 12 años dedicada a la televisión, la directora neozelandesa volvió al cine para confrontar los viejos mitos de la masculinidad. Lo hizo con una historia que no dejaba de perseguirla desde que leyó ‘El poder del perro’, del escritor estadounidense Thomas Savage, según relata en el documental ‘Detrás de cámaras con Jane Campion’.
Savage le dedicó esta novela publicada en 1967 a su esposa, Elizabeth Fitzgerald. El escritor publicó la obra tras volver con ella y sus hijos después de haberlos abandonado, para vivir una aventura amorosa con Tomie de Paola, un ilustrador 20 años menor que él.
En el documental, Campion admite que no podía evitar la comparación entre ciertos elementos de la novela y la vida del escritor. Hasta su adolescencia, Savage había vivido en ranchos entre Idaho y Montana, criado por una madre alcohólica, en medio de un ambiente machista y represivo.
Campion encontró en este relato de rasgos autobiográficos, en la complejidad de los personajes y la detallada descripción de los entornos el potencial narrativo que la impulsó a escribir el guion de una película dispuesta a cuestionar paradigmas de género y escalas de valores.
El prejuicio de la masculinidad a prueba
En la pantalla, la película de Campion se toma su tiempo para mostrar la solitaria belleza de Montana en tomas panorámicas. Estas se compaginan con escenas que muestran el día a día del amable y refinado George (Jesse Plemons) y su impetuoso y cruel hermano Phil (Benedict Cumberbatch), dos acaudalados hermanos dedicados a la ganadería. El trabajo de Ari Wegner en la dirección de fotografía es impecable.
El Phil de Cumberbatch aparece como el arquetipo del cowboy americano, ese hombre rudo, valiente e independiente dispuesto a imponer su autoridad, incluso ante la naturaleza
Ese modelo masculino se ha enraizado en el imaginario colectivo como herencia del western, a partir de figuras como Clint Eastwood, John Wayne o Henry Fonda. Estos modelos han evolucionado en personajes más contemporáneos representados en pantalla por figuras como Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Vin Diesel, Dwayne Johnson y otros.
Tomando como base el arquetipo del ‘cowboy’, Campion va enriqueciendo la estructura externa e interna de su personaje en cada escena. Sutiles cambios acompasados con los acordes tensos y dramáticos de Jonny Greenwood.
El atuendo, la mirada, la voz, la postura al caminar, el trato con sus trabajadores y los animales, la forma de sentarse, comer o beber son detalles que permean la cotidianidad y revelan las carencias, prejuicios y obsesiones de un hombre más complejo que su simple apariencia.
El punto de quiebre
La relación entre los hermanos llega a un punto de quiebre cuando George se casa con Rose (Kirsten Dunst), una viuda que vive con su hijo Peter (Kodi Smit-McPhee). La llegada de los nuevos parientes hace que Phil revele su lado más agresivo, misógino y machista.
Revelada así la naturaleza oculta del cowboy americano idealizado en el western, la directora saca a su personaje de contexto. Lo enfrenta con una serie de emociones reprimidas, cuando descubre en el débil y amanerado hijo de la viuda a un ser capaz de entender su verdadera naturaleza, por el que además siente una irrefrenable atracción.
De pronto, todo toma un rumbo distinto y el filme sorprende donde menos se lo esperaba. Lentamente el relato se tuerce maravillosamente. El drama en el que la viuda y su hijo eran víctimas de la masculinidad tóxica de Phil se transforma en un thriller, donde el personaje aparentemente más vulnerable resulta el más feroz de depredadores.
“Libra mi alma de la espada, defiéndeme del poder del perro”, reza el salmo que en la última escena completa el sentido de un lento pero impactante viaje psicológico