El comercio en Zaruma también se afecta por el socavón
Jaime Armijos, propietario del local de venta de ropa JJ Sports, comenzó a empacar su mercancía dos días después del derrumbe de la calle Colón en el centro de Zaruma, en El Oro.
El local está a una cuadra del socavón que se tragó dos casas. Una tercera vivienda colapsó el sábado 18 de diciembre en la mañana. En el fondo del hoyo descansa a la vista de los drones un vehículo volteado con las llantas hacia arriba. Los militares mantienen cercada una cuadra a la redonda.
Unos 30 locales comerciales se ubican en las calles adyacentes al desastre que se inició la noche del miércoles 15. Los comercios han comenzado a evacuar la zona por el riesgo de derrumbes ante un posible aumento del socavón.
La otra preocupación es la disminución del flujo de clientes porque en una zona de cinco cuadras a la redonda se ha limitado el acceso de vehículos.
La tienda de ropa y calzado JJ Sports está fuera del polígono de 47 viviendas declaradas en alto riesgo. ¿Por qué entonces empaca Armijos?
“Ya conocemos a las autoridades y lo que se viene es un cierre de la zona y no podemos pagar un arriendo de USD 400 sin vender”, dijo. El comerciantesiente una mezcla de rabia y desilusión pues diciembre era el mes en el que esperaba recuperarse de la crisis en la que sumió al sector la pandemia por el covid-19.
Cuatro personas empacan las prendas de vestir y el calzado desde el viernes y esperaban desocupar el establecimiento hasta el sábado. La marca elabora algunas de sus prendas en Zaruma y las cajas serán repartidas en dos sedes de la tienda en Piñas y Machala.
Ese sector de la calle 10 de Agosto, entre Colón y Ernesto Castro, en pleno centro de Zaruma, estuvo cerrado más de ocho meses en el socavón que destruyó una escuela cercana en el 2017. “Le hicieron como 10 estudios a esta calle, nunca dieron resultados. Tuvieron cuatro años para tomar medidas y nunca hicieron nada. Entonces, ¿qué podemos esperar?”, sostiene Jaime.
El impacto de la noticia del socavón y las restricciones de acceso vehicular a la zona representan una pérdida de hasta el 50% de la facturación oficial para el gremio, según comentó Efraín Tituana, presidente de la Cámara.
Tituana ha solicitado a las autoridades que se aceleren las medidas de remediación, que se habiliten flujos vehiculares en las vías seguras y que el proceso de intervención tarde mucho menos que en 2017.
La remediación en la que piensa es un rápido y técnico proceso de relleno del socavón para limitar “pérdidas de cientos de miles de dólares”.
“Entre más tarde el relleno más se limitará la llegada de turistas, de personas de otros cantones e incluso de la zona rural, quienes irán a otros cantones a realizar sus compras mientras dure el peligro en Zaruma”, sostuvo Tituana.
Otro pedido del gremio es el acceso a crédito con bajas tasas de interés, para que comerciantes y propietarios de inmuebles puedan subsistir.
El desastre es atribuido a la minería ilegal, que socava con túneles ilegales, el subsuelo del caso urbano en busca del material del cual extraen oro.
300 personas han sido evacuadas de la zona. Hoteles de la ciudad como el Zaruma Colonial albergaron en un inicio a siete adultos mayores damnificados. Los evacuados de las 47 viviendas en peligro han recalado en casas de familiares.
René Ortega, médico de profesión, reside por 30 años con su esposa en la calle Colón, a tres casas del socavón. El viernes estuvo entre las decenas de damnificados que seguían retirando sus enseres de la zona del desastre. “Salimos el miércoles con el auto y la ropa que teníamos a casa de una cuñada. Ahora voy a alquilar un departamento. No sabemos por cuánto tiempo”, dijo.
El presidente de la República, Guillermo Lasso, declaró el jueves el estado de excepción que regirá por 90 días, “para hacer un diagnóstico geofísico de la situación y encontrar las soluciones necesarias”.
El Gobierno Nacional también anunció la activación de un bono por Desastres.
El Presidente ha pedido serenidad y paciencia en la búsqueda de soluciones, “porque una intervención apresurada puede resultar después contraproducente”, dijo.
Y también indicó que regresará a Zaruma el primer jueves de enero para dar seguimiento.
Los empleados de la Electrónica Freire, una tienda de ventas y reparación de artículos electrónicos y electrodomésticos, se apresuraban a desalojar el establecimiento. La incertidumbre los obligó a entregar el local alquilado para trasladar los artículos a la vivienda de los propietarios en otro barrio de Zaruma.
La Electrónica también está ubicada sobre la calle 10 de Agosto, cerca a la esquina con la Colón. Pero la parte trasera del inmueble está cerca de la zona del desastre, a menos de una cuadra del socavón.
“Decidimos evacuar ante el riesgo. Llegamos hace tres meses y no se sabe cuándo podamos regresar”, dijo Elena Freire, la propietaria del establecimiento ubicado en una casa de construcción mixta en madera y cemento. Con cada nuevo derrumbe, durante los desmoronamientos de paredes y tejados de las viviendas colapsadas, “la casa se estremece ante el fuerte estruendo y salimos corriendo porque parece que siguiéramos nosotros”, dijo.