El aeropuerto de Kansai: una construcción monstruosa sobre una gigantesca isla artificial
Japón no tenía espacio para construir su nuevo aeropuerto, ya que prácticamente la totalidad de la isla está densamente poblada. ¿Cuál fue la solución? Crear una isla artificial desde cero para tener territorio sobre el que construir.
Para ello se eligió la zona de la bahía de Osaka, uno de los entornos más hostiles del mundo por su climatología extrema, en la que fuertes vientos azotan la bahía con asiduidad y los terremotos suceden a menudo.
Ganarle terreno al mar, el primer gran paso
El primer reto, iniciado en el año 1987, fue ganarle territorio a un mar con más de 20 metros de profundidad y un suelo de arcilla en la zona en la que querían crear la isla. Para solucionar esto, tuvieron que drenar arena del fondo del mar.
La isla se edifica bajo una sólida base: se crearon columnas de arcilla que, al ser aplastadas, vuelven a expulsar el agua en la arcilla para compactarla aún más
Este es un curioso proceso en el que se coloca arena en el fondo del mar y se atraviesa con millones de tuberías verticales (columnas) que, a su vez, también contienen arena. Tras quitar las tuberías, quedan construidas unas columnas de arena.
Al edificar encima de esta estructura (arena más columnas de arena), el peso del cemento de la isla comprime la arcilla, el agua marina se cuela por las columnas y el fondo sobre el que se sostiene se vuelve más estable.
Antes de construir la propia isla, también fue necesario construir un impresionante dique de 11 kilómetros de largo, una enorme pared de tetrápodos de hormigón, una solución de ingeniería que logra contener la fuerza del mar.
Finalmente se construyó una isla de 4 kilómetros de largo por 1 de ancho. Se terminó de construir en 1990, para comenzar en 1991 con la construcción de la espectacular terminal protagonizada por juntas móviles.
Construyendo un aeropuerto sobre el mar
Una vez tuvieron la sólida base y el dique para protegerla, se allanaron tres montañas para disponer de suficiente tierra para rellenar la base. Se usaron más de 180 millones de metros cúbicos de tierra , con 80 barcos trabajando durante tres años para volcar materiales e ir dando forma a la isla artificial.
Renzo Piano, junto a Noriake Okabe, fueron los dos grandes arquitectos tras el edificio de 1,7 kilómetros que querían construir. Se diseñó con forma de ala avión, su sala principal mide 30 metros de altura, y la marquesina de salidas mide dichos 1,7 kilometros de largo.
El reto para construirlo fue que no se viniera abajo por la climatología extrema de la isla. La estructura del edificio es flexible, mediante un sistema de juntas alrededor de toda la construcción.