Ecuatorianos compraron menos en supermercados durante 2022 y utilizaron más crédito diferido
La inflación de los alimentos y bebidas no alcohólicas ha sido de casi el doble de la inflación de otros bienes y servicios. Esto ha modificado el comportamiento de consumo en el país y ha perjudicado a las grandes tiendas.
La inflación, o el aumento generalizado de los precios, ha aumentado en más del doble a los alimentos y las bebidas no alcohólicas con respecto a otros bienes y servicios de la economía ecuatoriana.
Esto ha afectado directamente al presupuesto de las familias, sobre todo de clase media y media baja, y además ha traído una consecuencia negativa directa para los supermercados.
Según un estudio de Oikonomics Consultora Económica, en 2021, las ventas locales totales en supermercados fueron de $5.498 millones, un monto que superó en 5% las ventas de 2020, y en 8% frente a 2019.
Sin embargo, en 2022, con datos hasta octubre, se crecimiento se revirtió. Entre enero y octubre de 2022 se registraron ventas por un monto de $4,094 millones, lo que significa una reducción del 5% en relación con las ventas totales de los mismos meses de 2021.
» La caída en 2022 del nivel de ventas en supermercados puede explicarse por el incremento del nivel de precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas durante este mismo año, al ser los principales productos que se ofertan en este tipo de establecimientos. Es así que, en 2021 el IPC de alimentos y bebidas no alcohólicas mantuvo un crecimiento mensual promedio del -1%, mientras que, entre enero y noviembre de 2022 esta misma tasa mantuvo un promedio del 5%», dice el estudio de Oikonomics.
Así, la principal conclusión es que, ante el incremento del precio de los alimentos, los compradores se han visto incentivados a restringir su consumo y modificar su comportamiento al momento de realizar el pago de sus compras.
Rosa Espinoza, economista y asesora en finanzas personales, explicó que los consumidores ecuatorianos han decido comprar cada 15 días o cada mes sus compras grandes en supermercados, y tratar de buscar ofertas, con el objetivo de reducir en algo el golpe de la inflación.
«La gente ha visto una oportunidad en comprar en bodegas o en sitos donde se puede conseguir bienes al por mayor; pero también ha reducido o ajustado su presupuesto en comidas. Todo esto ha dado como resultado menos visitas al supermercado», puntualizó.
Para 2023, todo apunta a que Ecuador tendrá una inflación general del 2% (tal vez del 4% en el caso de alimentos y bebidas no alcohólicas). Ese nivel será el más bajo de América Latina; pero el problemas de las familias, sobre todo las de pobres o de clase media, es que su presupuesto está estancado.
Más pagos con tarjeta de crédito
Oikonomics determinó que durante 2022 aumentó la preferencia hacia el pago con tarjetas de crédito en supermercados, de hecho, el monto total facturado en octubre 2022 superó en $8 millones al valor del año anterior, lo que implica un crecimiento del 11%.
Además, este cambio en el comportamiento de las personas también se refleja en la composición del tipo de crédito al que prefieren acceder, pues, en octubre de 2021 el pago corriente representaba el 55% del monto total facturado en supermercados, superando en 10 puntos porcentuales al pago diferido (45%)
En octubre de 2022, por su parte, la participación del pago diferido tomó la delantera y llegó al 50.6%, mientras el crédito corriente bajó al 49,4%
«El crédito diferido crece a un ritmo mayor que el crédito corriente, prueba de ello es que entre enero y octubre de 2022 el crédito diferido creció en 2% respecto a los mismos meses de 2021, en tanto que, el crédito corriente cayó en 9% en este mismo periodo de tiempo», asevera el estudio de Oikonomics,
En este escenario, se puede concluir que el aumento de precios, la caída del nivel de ventas y el aumento del pago diferido con respecto al corriente son síntomas de un situación económica y social particular: Las familias ecuatorianas han perdido poder adquisitivo y han optado por comprar menos en alimentos y bebidas no alcohólicas.
Espinoza afirmó que pagar las compras del supermercado a plazos no es la decisión óptima en términos de finanzas personales; pero dentro de lo posible se debería utilizar el crédito sin intereses a tres meses. «Esa es la opción menos perjudicial, pero se debe tener cuidado de que no se vuelva una bola de nieve».