Ecuador busca atraer capitales con nuevos modelos de zonas francas
La creación de zonas francas es uno de los tres pilares del proyecto de Ley de Atracción de Inversiones, que genera más expectativas entre los gremios productivos. La normativa se debate en la Asamblea Nacional.
Una zona franca es un territorio dentro de un país que ofrece ventajas tributarias y que busca promover el desarrollo del comercio exterior (ver infografía). Esa figura no es nueva en el país y la primera fue creada en 1985, en Esmeraldas. Pero este régimen especial fue aplicado seis años después cuando se expidió su regulación.
Según Santiago García, presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, fracasaron por falta de controles, abusos y porque el volumen de negocio era muy poco. En el 2010, con el Código Orgánico de la Producción, Comercio e Inversiones (Copci) se reemplazó ese régimen por las zonas especiales de desarrollo (ZEDE).
Con esta norma, aún vigente, el Estado es el único que puede crearlas. Ahora, el actual Gobierno plantea que también lo podrán hacer las empresas mixtas o privadas. Además, el proyecto propone que estas zonas podrán establecerse por un período de 20 años renovables las veces que sean necesarias.
Para el ministro de Producción, Julio José Prado, el Copci no ha podido atraer inversiones, como las zonas francas de otros países. Las razones, dice, es que las iniciativas solo pueden venir del sector público y el incentivo no es suficiente. De acuerdo con el Ministerio de Producción, hay dos ZEDE que han funcionado bien en el país. Se trata del puerto de Aguas Profundas de DP World, y la de Contecon, en el puerto de Guayaquil.
La del Litoral se desarrolla en la Espol y se enfoca a la investigación. La de Refinería del Pacífico y Yachay no funcionaron, aseguró Prado. La Ley de Atracción de Inversiones crea tres tipos de zonas: industrial, servicios y logística. La primera es un parque industrial para cualquier sector. Se instala la empresa y se beneficia de los incentivos tributarios y arancelarios.
Las de servicios son nuevas en la región. Uruguay la incorporó hace tres años y atrajo firmas de tecnología y se convirtió en un centro latinoamericano de creación de software y tecnología financiera.
Finalmente, las logísticas generan actividad en puertos, aeropuertos o la frontera para facilitar el comercio con países vecinos.
Estos tres tipos pueden coexistir al mismo tiempo. “Un parque industrial puede tener empresas de manufacturas, servicios y logística”, agregó Prado. Además, la nueva norma propone que una zona franca podrá ser de iniciativa uniempresarial o multiempresarial. Esta última es conocida como parque tradicional, donde hay muchas firmas de varios dueños.
En cambio, la uniempresarial es una propuesta innovadora y se aplicó en la región. Es un edificio o firma que no está localizada en un área específica. Según Felipe Ribadeneira, presidente de Fedexpor, en una visita a República Dominicana se constató que en estos nuevos modelos no se necesita un territorio específico, sino que una actividad puede ser en zona franca enfocada a exportar servicios.
Esta ley será fundamental para atraer inversiones para aumentar la producción de las exportaciones de bienes, pero también para crear mecanismos para generar nuevas industrias de exportación de servicios”. Carlos Loaiza, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, resaltó el potencial de estas zonas en otros países, generando empleos y aportando al desarrollo.
Aparte de las zonas francas, los otros pilares de la propuesta son las alianzas público-privadas y reformas al mercado de valores. La Asamblea tiene hasta el 24 de este mes para pronunciarse sobre este proyecto