Dolor en familias de los técnicos fallecidos de Epmaps
Sentados en las gradas, a la espera de los resultados de los exámenes médicos legales, permanecieron la mañana de este miércoles 15 de diciembre del 2021, los allegados de Alfonso Núñez, de 60 años.
El hombre y Diego Lozada, de 37 años, son los técnicos de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) que fueron arrastrados por el agua, a las 18:00 del martes, mientras limpiaban la estructura de captación de la quebrada Caicedo, en el noroccidente de Quito, atrás del centro comercial El Bosque. El hecho ocurrió luego de las fuertes lluvias que cayeron en la capital los últimos días.
Los familiares de Núñez se abrazaban y lloraban. No podían creer lo que había pasado si hasta el martes por la mañana lo vieron sano, fuerte y con vida.
Christian Núñez, hijo de la víctima, recibió la mala noticia mientras descansaba en su vivienda, ubicada en la Loma de Puengasí. Sintió que su vida se derrumbó, de un momento para otro, porque su papá murió el día de su cumpleaños. “Para hoy tenía previsto salir a celebrar con mis hermanos pequeños, de 5 y 8 años, quienes se quedaron en la orfandad por esta tragedia”.
Su mente se quedó en blanco cuando, al llegar al sitio del accidente, las autoridades de la Epmaps le explicaron lo que había sucedido. ¿Qué ocurrió? Christian cuenta que Alfonso y Diego trataron de destapar la piscina. El primero sostenía la cuerda mientras el otro cortaba unas varillas para que pase el agua. De un momento para otro y sin darse cuenta, el lodo avanzó rápidamente hacia ellos arrastrándolos con fuerza.
La voz de Christian se quiebra. Recuerda que su padre era un gran deportista que disfrutaba pasar junto a sus amigos o salir de paseo en familia. Los familiares lo recordaron como una persona trabajadora y que nunca se rendía pese a las adversidades. “No tenía miedo a la muerte, por lo que en su trabajo se arriesgaba”.
Era técnico en alcantarillado y topografía. Le gustaba compartir sus conocimientos con los jóvenes profesionales que ingresaban en Epmaps. Por su trayectoria, Othón Zevallos, gerente de esa entidad, también lo recordó esta mañana como un gran profesional que laboró durante 40 años en temas de alcantarillado.
En este mes iba a jubilarse de la Epmaps y tenía previsto dedicarse por entero a su familia. A sus hijos Ayleen y Ariel, de 5 y 8 años, no les han contado que su padre murió y lo siguen esperando en casa, contó Ruth Ponce, cuñada del fallecido.