'Decontenting': cómo los fabricantes de coches recortan en calidad y materiales para ajustar los precios
La industria del automóvil está condicionada actualmente por dos importantes variables: la crisis de semiconductores y el giro hacia la electrificación. En este contexto de escasez y aumento de precio en los vehículos, hay un término que está cogiendo fuerza: 'decontenting'.
Esta estrategia lleva presente en la industria desde hace años pero, con los retrasos en entregas y electrificación, está tomando más peso que nunca. Eliminar las calidades de los automóviles para cumplir plazos y abaratar costes, una característica que vemos cada vez más.
Llámalo minimalista, pero aquí faltan materiales
Interior del Hyundai Ioniq 5.
El decontenting no tiene una traducción literal, pero es el proceso de reducción en los materiales de los vehículos, algo que puede darse por diferentes causas. Uno de los mejores ejemplos está en los coches eléctricos, en su mayoría protagonizados por una enorme pantalla central, eliminado prácticamente todo atisbo de botón físico.
Si comparamos el interior de los nuevos eléctricos con el de un vehículo tradicional de precio similar, vemos claramente este proceso de simplificación
Incluso en modelos como el Hyundai Ioniq 5, un vehículo que precisamente destaca por sus calidades interiores, se minimizan los elementos del habitáculo, algo que ayuda a reducir costes y precio final de venta al público. El caso más extremo es Tesla, con unos interiores sin botón alguno, más allá de los que encontramos en el volante.
Interior del Volvo V60 de 2017.
Interior del Volvo V60 de 2022.
El decontenting no siempre debe asociarse a algo negativo, ya que eliminar elementos del vehículo puede acabar traduciéndose en que el fabricante ajuste más el precio y que haya menos elementos de distracción en el habitáculo. Del mismo modo, hay fabricantes que siguen ofreciendo calidad de primer nivel pese a implementar más pantallas, como en el caso de Volvo.
Interior del Mercedes Clase S de 2021.
Interior del Mercedes Clase S de 2016.
Otros fabricantes premium, como Mercedes, están aprovechando precisamente las pantallas para acercarse a Tesla: eliminar casi todos los elementos físicos y remplazarlos por electrónica. Un paso atrás importante en ergonomía y calidad de materiales, pero que los conductores amantes de las nuevas tecnologías agradecerán.
No solo de interiores va la cosa
El recortar en materiales y funciones no solo afecta al interior de los vehículos. Como cuenta Calero en Carwow, en vehículos como el nuevo Renault Arkana, se están entregando unidades sin retrovisores abatibles automáticos. Más adelante, cuando haya stock de estas piezas, los usuarios podrán ir al concesionario para que se les instalen.
Recortar funciones para poder cumplir con los plazos de entrega, dando la opción a los usuarios de completar su equipamiento en el futuro, pero sin una fecha garantizada. De hecho, este término 'decontenting' aparece en la propia lista de equipamiento del vehículo.
En definitiva, esta es una tendencia que viene de tiempo atrás, pero que estamos experimentando cada vez más, en un contexto en el que los fabricantes quieren entregar vehículos a tiempo pese a la falta de componentes y a un proceso de modernización y electrificación de los vehículos que está sirviendo para simplificar los coches cada vez más, aunque vengan hasta arriba de tecnología.
Via Xataka