Daniel Crespo: ‘Atendemos a 7 000 detenidos de un universo de 21 000’
Entrevista a Daniel Crespo, subsecretario de Educación especializada e inclusiva del Ministerio de Educación.
Informes de la Asamblea Nacional y del servicio de Rehabilitación Social revelan que apenas el 18% de personas privadas de libertad en el país accede a programas de educación. ¿Por qué el porcentaje es mínimo? ¿Qué está haciendo el Ministerio de Educación al respecto?
Es necesario precisar esta cifra. Hay que tener en cuenta que no todos necesitan terminar sus estudios educativos. El Ministerio de Educación tiene una dirección nacional de atención a personas de escolaridad inconclusa. Atendemos a 7 000 privados de libertad de un universo de 21 000, que no han terminado sus estudios. La verdad es que es un tercio los que están atendidos.
Pero esa cantidad aún sigue siendo baja. Eso significa que 14 000 no están educándose. ¿Por qué no se llega a ese grupo?
Tiene que ver algo con cierta violencia que se vive, pero son lugares superpuntualizados. Nosotros estamos en todos los centros de privación de libertad que requieren educación. Hay que recordar que existen algunos que tienen una naturaleza distinta y un alto grado de rotación, como son los Centros de Detención Provisional. En total, estamos en 30 centros. En la gran mayoría no hay un problema de violencia.
Si la violencia no es la causa, ¿qué sucede?
Estamos asistiendo a los centros para levantar un censo educativo. Esto es parte de los compromisos que hicimos como Ministerio de Educación en el Organismo Técnico de Rehabilitación. La idea es detectar los problemas que existen de infraestructura. Eso también limita. Hasta el momento, en 16 de los 30 centros de detención existen condiciones para implementar el bachillerato técnico.
¿Qué otros aspectos se están analizando?
Estamos levantando información sobre otro tipo de atenciones de educación no formal e informal. Por ejemplo, en Esmeraldas hay talleres de panadería, belleza y cosmética. El censo también nos va a permitir conocer cuáles son los docentes que se pueden optimizar. Por protocolos de seguridad, en el régimen de máxima, un profesor puede estar con cinco estudiantes. Además, estamos desarrollando un eje laboral porque a los estudiantes les preocupa qué van a hacer cuando terminen de estudiar y salgan de los centros.
La crisis carcelaria ha develado que no hay rehabilitación en el sistema penitenciario. Informes del Ministerio de Educación señalan que en el año lectivo 2020-2021 se graduaron 318 privados de libertad de los 6 924 inscritos. ¿Hay deserción?
Los 6 924 son de distintos niveles. Los 318 son solo los que se titularon de bachiller. Eso no quiere decir que no haya una tasa de deserción en el sistema educativo. La deserción es un tema que nos está afectando y que tiene que ver también con la motivación y vinculación.
¿Y cómo se trabaja para que eso no ocurra? ¿Qué acciones implementan?
A nivel nacional tenemos 267 docentes. Ellos son capacitados en contención emocional. Se vuelven personas muy apreciadas por los estudiantes. Pero en este punto quiero ser muy enfático: la sociedad no debe condenar a las personas dos veces. En muchas ocasiones, las personas privadas de libertad sienten que a pesar de que se esfuerzan por estudiar, en el exterior no les van a dar una oportunidad, solo por el hecho de haber estado detenido. Eso debe cambiar.
Las personas no conocen cómo funciona la educación en el sistema de rehabilitación. ¿Cuánto dura cada curso? ¿Qué ámbitos se enseñan en ellos?
El de alfabetización dura 10 meses; el de postalfabetización, 20 meses. Aquí tenemos más de 2 000 estudiantes. La formación básica superior, 30 meses y hay 2 404 estudiantes. El bachillerato unificado también dura 30 meses. En este nivel hay 356 personas.
Una de las cárceles más grandes del país es la Penitenciaría de Guayaquil. Los datos oficiales indican que hay 8 000 detenidos, pero solo 668 se encuentran cursando el año lectivo. ¿Qué pasa ahí?
Aquí también hay que decir que el total de detenidos es de 8 000, pero no todos requieren terminar sus estudios. De ese global, unos 2 000 necesitan atención educativa.
Pero, de todas maneras, seguimos entonces con la atención solo a un tercio de los que necesitan educación. ¿Cuándo se va a llegar al resto de personas privadas de la libertad?
Estamos trabajando para cumplir ese objetivo. El censo ya nos ha dotado de información, para actuar de manera urgente. Por ejemplo, en un mes dotamos de kits escolares a unos 6 200 estudiantes a nivel nacional. También aceleramos las entregas de títulos. El Ministerio de Educación invierte USD 3,5 millones, para garantizar la planta docente.
Hoja de vida
Daniel Crespo es magíster de Dirección y Gestión Escolar de la Universidad de Desarrollo, en Santiago de Chile. En esa nación se desempeñó como docente y asesor pedagógico de múltiples instituciones educativas. También ocupó cargos directivos en el Ministerio de Educación de esa nación y lideró el Plan Escuelas Arriba, una iniciativa encargada de la recuperación de aprendizaje de dicho país.