Comerciantes buscan revertir las pérdidas económicas tras aluvión
Las pérdidas económicas son cuantiosas en los locales comerciales ubicados en La Comuna y La Gasca, noroccidente de Quito.
La fuerza del aluvión destruyó la infraestructura de algunos comercios, mientras que en otros se perdió mercadería, y la semana pasada las ventas se redujeron hasta en un 90% mientras se retiraban el lodo y los escombros de la zona.
Los dueños y empleados de los negocios colaboraron en las tareas de limpieza para sacar el lodo de las aceras, pisos y paredes.
La mayoría retomó sus actividades desde el miércoles 2 de febrero, dos días después de la catástrofe, pero las ventas eran bajas debido a que pocos clientes se acercaron para hacerles el gasto.
Pedro Villegas pela papas todas las mañanas, en un restaurante de comida rápida. “Todo se dio de un momento para otro. A nosotros no nos afectó mucho la emergencia, pero no podemos seguir perdiendo ingresos”.
Lo mismo señaló Consuelo Arias, administradora de un negocio de venta de calzado y plantillas. “Casi nadie ha venido. Incluso nuestra mercadería se dañó por el agua y la tierra que ingresaron”.
El cartel publicitario que ella antes colocaba en la puerta de su establecimiento fue arrastrado por la corriente de lodo. Los primeros días de la semana pasada, pocas personas se acercaron a consumir sus productos y la mujer espera que, a partir de esta, se normalice la situación y suban las ventas.
De igual forma, el aluvión arrastró los productos que María Guamán colocaba en la puerta de su frutería, para llamar la atención de sus clientes. “Por suerte no se fueron los quintales de arroz que estaban allí”, aseguró.
Todos los días, los comerciantes salen con trapeadores y escobas a baldear las veredas. Con cloro desinfectan las paredes y arrojan agua sobre la calzada, con el fin de evitar que el polvo se levante. Piden a la gente que acuda a comprar en sus establecimientos.
“Los vecinos no quieren salir y llevan pan para tres o cuatro días. Temen que se produzca una tragedia similar por las lluvias. Estamos en incertidumbre”, manifestó Nathali Pujota, dueña de una panadería.
Alba Corrido aspira a que con la reapertura de la avenida La Gasca la situación mejore. “Nos recuperamos poco a poco con los escasos clientes que se han acercado”.
Ante las inquietudes de los damnificados, el Municipio de Quito habilitó varias mesas técnicas. Una se llama Medios de Vida y Productividad, la cual está conformada por técnicos de la Secretaría de Desarrollo Productivo y Competitividad, las empresas públicas metropolitanas Quito Turismo y de Servicios Aeroportuarios, así como el Mercado Mayorista.
Esta realizó un barrido de los establecimientos comerciales de la zona para evaluar las afectaciones. En el recorrido se identificó a cerca de 150 con daños que van desde leves hasta graves.
Karina Jara, coordinadora de la Secretaría de Desarrollo Productivo, manifestó que las pérdidas económicas generadas por la falta ventas durante cinco días supera los USD 145 000.
En lo que respecta a daños arquitectónicos (puertas, ventanas, paredes, pisos, etc.), destrucción de aparatos (neveras, máquinas de coser, herramientas) y mercadería perdida, la reactivación económica puede ascender a USD 250 000.
Jara aseguró que la prioridad es fortalecer la recuperación económica, por lo que se está implementado un proyecto de reactivación productiva. Este se enmarca en un plan de mejora competitiva que busca la participación activa de la ciudadanía. Esto a partir de anclas culturales, comerciales y turísticas. Por eso Quito Turismo articuló acciones con entidades de la industria turística para recibir donaciones de alimentos preparados, que son entregadas a familias damnificadas y al personal que trabaja en la Zona Cero.
En el caso de La Comuna y La Gasca, las anclas identificadas por las autoridades municipales son el Teleférico para reforzar el turismo, y el mercado de Santa Clara dentro del ámbito comercial. “Con estas se generan estrategias que parten de la retroalimentación y el compromiso de la ciudadanía para generar ingresos”.
Luego se plantearán componentes específicos de trabajo. Por ejemplo, uno es el diagnóstico de las necesidades de los locales afectados. “Hay que hacer una visita específica a cada uno tras la emergencia para cuantificar daños”.
Los comerciantes esperan que las autoridades les proporcionen ayudas para recuperarse y retomar las actividades comerciales, las cuales anteriormente se afectaron por la pandemia